Descubre en la Rivera Maya el olimpo de las playas, las más buscadas del mundo
Domingo, 8 Octubre 2023
En el estado mexicano de Quintana Roo, se extiende la costa más laureada, las arenas más blancas y las aguas más atrayentes. En el sur de la península de Yucatán hay playas concurridas y playas vírgenes, para todos los gustos. Aquí el sol no se negocia, tampoco los cocos fríos, la brisa marina y las frondosas palmeras.
Bañada por el mar Caribe, la Rivera Maya es parte importante del mundo maya. En la playa de Tulum se encuentran unas de las ruinas más impresionantes de la civilización maya, la que fue conocida como “la ciudad del amanecer”. Esta zona arqueológica, que bordea el litoral sobre un acantilado, es una muestra de la estrecha relación de los mayas con el cosmos. El “templo del Dios descendente” o el “castillo” servían de observatorios para estudiar los movimientos del sol, la luna y los planetas. El conocimiento astronómico de los mayas se enlaza con sus prácticas ceremoniales. Los tan consabidos sacrificios se llevaban a cabo en los cenotes, cavidades naturales que se forman cuando el techo de una cueva subterránea colapsa, dejando al descubierto una piscina natural de agua dulce, cristalina y fresca. Los cenotes eran la puerta de entrada al inframundo y allí se hacían las ofrendas a los dioses, en muchas ocasiones ofrendas humanas. Darse un baño en estos ojos de agua, en estas cuevas milenarias, es una de las experiencias más místicas de Yucatán. Una buena opción es el cenote Ik-kil.
Muy cerca de Ik-kil está la joya de la corona, Chichén Itzá, la zona arqueológica más famosa de México. Considerada una de las siete maravillas del mundo moderno, aquí se encuentran vestigios de hace más de 1500 años. La pirámide central, llamada Templo de Kukulkán, es imponente y bien merece por sí sola el viaje.
En el mundo maya también encontramos una de las gastronomías más conocidas y respetadas de México. La cochinita pibil es el plato estrella, también el relleno negro o el ceviche. Además, los incontables tacos, panuchos, salbutes, de tantos sabores como puedas imaginar, colman las calles y esquinas de los pueblos de la Rivera Maya.
Por último, no hay experiencia completa en este litoral sin entregarse a las noches estrelladas de playa y rumba. Las hogueras iluminan la orilla, la música silba por el viento y los pies se mueven en la mejor pista de baile, la arena. Ver el sol caer, o salir, según tu aguante, en una playa paradisiaca es el mejor final para unas vacaciones de revista. ¡México te espera!