Una luna de miel bajo el dulce sol de las Maldivas
Jueves, 28 Septiembre 2023
Después de haber prometido estar juntos en cada nuevo amanecer y atardecer, el mejor lugar para asegurarse de que así sea se encuentra en Asia en un archipiélago perdido en el corazón del océano Índico.
Un recorrido por las mezquitas de Malé y un paseo por el Mercado del pescado son una buena toma de contacto con la capital de Maldivas, nuestra primera parada.
Las islas de corales de las Maldivas, extendidas como perlas de un collar, son el refugio perfecto para enamorados. Tienes más de mil islas donde elegir. No te puedes perder la isla de Dhangethi, la más local y menos turística, tampoco la isla de Gulhi, una de las que ofrecen el agua más cristalina. En las villas construidas sobre el agua se tiene privacidad y acceso directo al mar. Un mar turquesa que luce en todo su esplendor a través de las amplias ventanas de la cabaña, desde donde también verás el sol y la luna en su incansable girar.
El snorkel o el buceo en Maldivas es una experiencia que guardarás en tus recuerdos. Como si te hubieras colado en el salvapantallas de tu ordenador, el fondo marino deslumbra con peces de colores y corales de formas imposibles. Las mantarrayas flotarán cerca de ti y podrás compartir nado con el tiburón ballena, conocido como el “gigante gentil del océano” por su intimidante tamaño, pero noble naturaleza. El agua es tan transparente, la visibilidad tan buena, que creerás estar inmerso en un documental.
Las tardes son para el paseo despreocupado o para entregarte a un relajante masaje de aceites de coco, hierbas y aromas. Las noches son para el constante deleite de los sentidos. En una playa desierta, una mesa decorada con flores, velas y luces suaves dispone los mejores sabores de la región: mariscos, pescados, cócteles tropicales. El champán se refleja en los ojos, el arrullo de las olas acompaña la conversación, las estrellas despuntan como pintadas por Van Gogh y ya solo queremos alargar este momento, capturarlo, hacerlo eterno, eterno mientras dure.
De vuelta en la cabaña, erigida sobre el mar, se descansa como dos aves en su nido. Mecidos por el océano, debe saberse, los sueños flotan. El amor que siempre habías imaginado y el viaje que tantas veces habías soñado te esperan en Maldivas.