Ruanda, entre selvas, gorilas y volcanes
Lunes, 17 Junio 2024
África es sinónimo de vastedad y misterio y despliega ante los viajeros paisajes que cuentan historias ancestrales. En el corazón de este continente, Ruanda presume de selvas exuberantes y volcanes imponentes. En esta odisea particular, nos aventuramos por rutas y senderos, explorando la vida salvaje, desafiando las pendientes y dejándonos sumergir en la esencia misma de Ruanda.
Adentrarse en las selvas ruandesas es emprender un viaje a través de un mundo en el que la densa vegetación esconde la tierra del sol. Buscamos entre la maleza y la hojarasca a los colobos, primates ágiles que se desplazan entre las ramas como acróbatas en un escenario natural. El sonido de sus movimientos se mezcla con el eco distante de cascadas ocultas, como melodías que acompañan nuestra travesía.
La búsqueda nos lleva más allá, a las tierras donde los gorilas de montaña reinan en su esplendor. Pero alcanzarlos implica sumergirse en un bosque húmedo, donde las lluvias son caprichosas, el fango hunde cada paso y las pendientes pronunciadas desafían la resistencia física. En Ruanda quedan alrededor de mil gorilas y no siempre es fácil encontrarlos. Sin embargo, la lluvia, el fango y el cansancio merecerán la pena si puedes pasar un rato frente a frente a estos animales, si puedes mirarlos a los ojos en su hábitat natural.
Los cocodrilos acechan en las orillas del lago Ihema, uno de los 23 lagos que decoran el paisaje de Ruanda. Sus aguas espejean la sabana arbustiva de la provincia oriental. Aquí, la aventura se mezcla con la contemplación, y el murmullo del agua se convierte en un eco de la vida que florece en cada rincón.
El Parque Nacional de los Volcanes, testigo de épocas inmemoriales, se alza como un coloso entre los parques nacionales africanos. Sus volcanes, señores eternos de la tierra ruandesa, narran historias que solo la naturaleza conoce. Entre sus faldas, los senderos serpentean, invitándonos a explorar la magia del parque nacional más antiguo de África. Cada paso es una conexión con la historia, una inmersión en la majestuosidad que ha resistido al paso del tiempo.
Ruanda, con su biodiversidad y paisajes en constante cambio, ofrece una experiencia que despierta todos los sentidos. Las cascadas, ocultas entre la vegetación, se convierten en tesoros efímeros que revelan su esplendor solo a los aventureros más intrépidos. El rugido del agua choca contra las rocas y resuena en el alma, recordándonos que la verdadera aventura siempre está en contacto con la naturaleza.